miércoles, 10 de febrero de 2010

Animales en Peligro de Extinción a Nivel Mundial

Tigre de Bengala

El tigre de Bengala (Panthera tigris tigris), también conocido como tigre de Bengala real o tigre indio es una subespecie de tigre que habita en la India, Nepal, Bangladesh, Bután, Myanmar y China (en la región meridional del Tíbet). Es la subespecie más numerosa y conocida de tigre, y se encuentra en una gran variedad de hábitats, incluyendo sabanas y bosques tropicales y subtropicales. El tigre es muy ágil y mata a sus presas enterrándoles sus colmillos en la garganta. El Tigre de Bengala es el más grande de los felinos. Su piel le permite camuflarse muy bien. El tigre puede hacer saltos hasta de 6 metros de largo y 2 metros de alto. El tigre tiene garras que se agarran muy bien y dientes fuertes con los que despedaza la piel y otras partes del cuerpo de su presa.

Los tigres nadan muy bien. Los tigres tienen poca resistencia, por eso prefieren sorprender a sus víctimas saltando sobre ellas. Devora a su presa en el mismo sitio donde la cazó y cuando esta lleno esconde las sobras entre hojas y piedras. Hoy en día (2004-2005) quedan solamente 7.000 Tigres. Tres especies de tigres ya desaparecieron:

Su piel es generalmente de color naranja o leonado; aunque existe una mutación genética que produce que la piel naranja del tigre sea sustituida por el color blanco, a estos tigres se les conoce como tigres blancos. Existe una mutación aún más rara (de la que existen menos de 100 ejemplares, todos en cautiverio), conocida como tigre dorado. El tigre es un animal nacional en la India y Bangladesh.

La pincipal medida que se ha tomado para evitar la extinción de esta especie es tenerlo en cautiverio, aunque esto no garantiza en un 100% la preservación de la especie.


Tahr Arábigo

El Tahr arábigo (Arabitragus jayakari) está en peligro de extinción debido a algunas causas como son la pérdida de hábitat, la caza furtiva, la competencia con el ganado doméstico y la minería.

Está clasificado como en peligro de extinción desde 1986; en 1994 bajó a vulnerable, pero volvió en la siguiente revisión a su estado anterior. Se encuentra catalogado como amenazado porque el tamaño de su población está estimado en menos de 2.500 ejemplares maduros.

Aunque el thar árabe es relativamente pequeño, su fuerza y agilidad no deben subestimarse.
Los machos y hembras difieren bastante en muchos aspectos. Tienen una esperanza de vida de 22 años en cautividad. En la naturaleza esta esperanza de vida es menor

Forman pequeños grupos familiares de tan solo 2 ó 3 animales, en los que solo hay un macho adulto, un hembra y la cría que les acompañe generalmente. El que los thares cuenten en sus rebaños con tan pocos ejemplares en comparación con la mayoría de bóvidos demuestra su comportamiento territorial; los thares arañan el suelo con sus pezuñas y marcan el territorio con heces y orina. También se frotan en la vegetación y rocas dejando su olor gracias a las glándulas que secretan una sustancia con olor. Son animales diurnos que pastorean en la mañana y la tarde.

Son totalmente herbívoros y se alimenta de pastos, arbustos, hojas y frutos de una gran variedad de árboles, arbustos y hierbas. A pesar de que pueden sobrevivir largos periodos de tiempo sin beber si cuentan con suficiente vegetación, que les aportará el agua que necesitan, en verano tendrán que beber como mucho cada dos o tres días. La gestación dura entre 140 y 145 días tras lo cual la hembra da a luz una cría, dos como mucho. Las crías permanecen con los padres hasta que se independizan a los 2 o 3 años de edad, al alcanzar la madurez sexual.
Con la excepción de los seres humanos, los depredadores naturales de la thar son el lobo, el águila y en otros tiempos el leopardo de Arabia, ahora en peligro crítico.

Se le puede encontrar en Omán y tal vez en la región de los Emiratos Árabes Unidos (aunque se piensa que está extinguido o casi extinguido en los Emiratos), ambos en la Península Arábiga en el Golfo Pérsico (Oriente Medio)
La caza ilegal sigue siendo una amenaza significativa en algunas zonas. Lo que se ve agravado por la creciente red de carreteras secundarias que permiten la accesibilidad y fragmentan su hábitat. La dependencia de los thares de zonas de agua muy concretas hace que se conviertan en aún más vulnerables a la caza, ya que se sabe donde encontrarlos y se realizan emboscadas.

MEDIDAS DE CONSERVACIÓN

Aunque hay medidas de conservación, y algunas poblaciones parece ser que han podido aumentar gracias a la protección obtenida, aun así es muy probable que la especie siga disminuyendo.

PROPUESTAS:
Establecer una red de reservas ya identificadas, que, cuando sea posible, abarque zonas libres de ganado doméstico. Las reservas propuestas están diseñadas para proteger a cerca de 1.750 animales, y incluyen la mayoría de las poblaciones conocidas.

Hay que considerar el establecer otro grupo de cría en cautividad fuera de la región.

Existe un banco de semillas en el Jardín Botánico de Omán que incluye las especies vegetales más importantes de las que se alimenta el thar, para que si se produce un sobrepastoreo se pueden replantar las zonas. Esto también sería útil para el reestablecimiento de forraje para el ganado doméstico, y así ayudar a reducir la competencia con el thar.

Hay que seguir haciendo cumplir las leyes tradicionales que restringen la tala de árboles como otro componente importante de la gestión del hábitat (Munton, 1985).

Hay que cooperar con el Ministerio de Agricultura en las medidas para dar una mejor protección y gestión de los pastizales y los bosques de todo Omán.

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